Es muy probable que en algún momento hayamos visto un esquema de trabajo o una serie de procesos muy controlados y restringidos, que prácticamente no dejan espacio para la flexibilidad y la innovación.
Las personas quedan atrapadas en actividades tan reguladas que, cuando tratan de hacer algo diferente, son criticadas por sus colaboradores y se enfrentan a una resistencia al cambio. Las típicas frases como “aquí se hacen las cosas así” o “nosotros ya tenemos un proceso definido”, terminan por transformar las mejores prácticas en dogmas y mecanismos de control.
La verdad es que la línea entre tener un proceso eficiente y forzar un proceso obligatorio es tan delgada, que es fácil convertir las prácticas en un destructor de un ambiente laboral sano y productivo.
Cuando comenzamos a trabajar por trabajar, ponemos mucho de nuestro esfuerzo en ajustarnos a las reglas y muy poco en aprovechar nuestras capacidades para mejorar nuestro desempeño; trabajamos hasta el cansancio, pero nuestros resultados no son óptimos.
“Work smarter, not harder”, que puede traducirse como “trabajar con inteligencia para trabajar menos”, nos indica que es mucho más valioso aprovechar nuestras capacidades y herramientas disponibles para realizar mejor nuestro trabajo. Esta mentalidad nos abre una ventana a la creatividad, y nos permite valorar más los resultados obtenidos que el tiempo y esfuerzo invertidos en lograrlos.
Esta frase tiene sus orígenes en la década de los treinta del siglo pasado, pero su forma de pensamiento, es algo que ha existido desde que el primer inventor de la prehistoria empezó a tallar piedras para fabricar armas, lo que le permitió cazar más animales con menos esfuerzo.
La innovación tecnológica siempre ha implicado aprovechar los conocimientos y habilidades disponibles, para lograr un mejor resultado con menor esfuerzo. Esta forma de pensamiento ha sido el motor histórico de la ciencia y la tecnología.
Al aplicar estas habilidades en nuestro trabajo diario, nos enfrentaremos a retos más desafiantes, pero también más atractivos, lo que nos obligará a involucrarnos más y dejar nuestra huella en el trabajo. Si nuestra comunidad laboral es lo suficientemente madura para comprender este proceso, fomentará esta mentalidad en todos sus colaboradores.
Es importante tener en cuenta que debemos cuidar el entorno laboral y no tomar a la ligera la flexibilidad para tomar decisiones. No podemos simplemente ignorar las reglas. Cuidar el entorno implica establecer tendencias y lineamientos que permitan desarrollar e implementar otros métodos, pero de manera segura para la empresa, fomentando resultados positivos, previniendo y mitigando los riesgos que esta libertad implica.
Si tú eres un vanguardista que busca llevar esta mentalidad a su entorno de trabajo, te sugerimos lo siguiente:
✓ Actúa con el ejemplo: Demuestra que tu propia libertad creativa, al momento de desarrollar tu trabajo, te hace sentirte más involucrado y más satisfecho de los buenos resultados que generas.
✓ Identifica y comparte tus resultados: Monitorea el valor que generas con tu trabajo y compártelo con tus colaboradores. Crea evidencias medibles y comprobables para combatir el miedo a la innovación y al cambio.
✓ Ayuda a tus colaboradores: Comparte tus experiencias y conocimientos con otros, especialmente si están en problemas; la innovación se favorece de la comunicación y la enseñanza. No importa el nivel de experiencia o habilidad, todos pueden aportar algo al conocimiento grupal.
✓ Aprende a tolerar las diferencias y aprender de ellas: En un entorno con tanta libertad, es posible que encuentres formas de trabajo que, aunque funcionen para otros, no te gusten a ti. Tolerar no solo implica no quejarse ni atacar a quienes piensan diferente, sino también colaborar con ellos.
✓ Confía en tu trabajo y defiéndelo: Si ocupas menos tiempo en realizar el mismo trabajo que otros que se esfuerzan mucho más, puede dar la impresión de que no estás haciendo nada. Es importante dejar claro a todo el equipo que tus resultados son igual de valiosos, aunque no estés fatigado ni estresado todo el tiempo.
✓ Dale más valor a tu tiempo libre: Aprovecha que pasas menos tiempo batallando con procesos obsoletos y dedica tu tiempo libre a mejorar otras actividades, generar propuestas, reducir la carga de trabajo de tus compañeros y aprender cosas nuevas que contribuyan al desarrollo de tu equipo.
Gracias a la amplia variedad de herramientas tecnológicas que tenemos a nuestro alcance, podemos encontrar mejores formas de trabajar y colaborar con nuestros compañeros, lo que nos permite darle mayor valor a nuestro tiempo y aprovechar mejor nuestra energía. Depende de ti iniciar, fomentar y contribuir a este cambio.
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